Nadie era capaz de imaginarse que entre los rankingers estaría una Robin Hood. Saray Montoya se apuntó a los Ranking Games de 2022 por sugerencia de su hermana, que estaba lesionada de la rodilla y no podía tomar parte en los juegos. Pese a su vergüenza y su falta de práctica deportiva, Saray dio el paso dispuesta a aportar al equipo de Reus Net.

Precisamente, uno de sus miedos era no contribuir lo suficiente al rendimiento del grupo. Ella va al gimnasio, pero no practica ningún tipo de deporte en particular. Lo que ni siquiera podía pensar era que sería la estrella de una de las disciplinas: el tiro con arco.

El conjunto de la Guardia Civil acababa de realizar la mejor actuación. Parecía impensable que alguien pudiera estar en el nivel. Saray ni siquiera quería participar. Una vez más, el miedo a no aportar la echaba atrás. Aun así, sus compañeros insistieron en que ella debía intentarlo.

Coge la primera flecha, se posiciona, carga la cuerda, apunta y abre la mano dejando salir el primer proyectil. Diana! Calma y concentración, esto sólo acaba de empezar y todavía restan ocho intentos. El segundo termina dentro y el tercero también se cuela al objetivo. “¡Saray lleva tres de tres!”, anuncian por megafonía. La vergüenza vuelve a apoderarse de ella, y la presión aumenta con cada acierto. Cuatro, cinco y seis… ¡Los tres dentro!

“Saray, ¡seis de seis!”, vuelve a anunciar la megafonía. En este momento, todo el mundo murmura: "Seguro que ha hecho tiro con arco antes". Efectivamente, Saray lo había hecho una sola vez. Su hermana había sido diagnosticada con un cáncer de mama, y ​​le habían recomendado hacer tiro con arco para prevenir y ayudar a combatir el tumor. Saray le había acompañado una sola vez durante una jornada de puertas abiertas, pero ella no pensaba que fuera relevante para los Ranking Games hasta ese momento.

“¡Cuidado porque Saray puede hacer nuevo de nuevo! ¡Una práctica perfecta!”, volvía a replicar al hombre con el micrófono. Nervios a flor de piel y confianza bajo cero. El séptimo intento va dentro, y tras el octavo. Sólo queda uno. “No podré hacerlo”, piensa Saray, pero por supuesto que lo hace. Todo el mundo aplaude en una muestra de reconocimiento espectacular.

Saray lo celebra con una visible vergüenza pensando en cómo le hubiera gustado que su hermana hubiera podido verla acertando todos sus intentos. Había estado animándola en el pádel, pero había tenido que irse poco antes del tiro con arco. ¡Lástima, se perdió la leyenda de Saray, la rankinger Robin Hood!